Para aquellos que han amado, la vejez es un tiempo de cosecha. Las semillas del amor cultivado con tanto esmero y durante tantos años, han madurado con el tiempo. La persona amorosa se ve rodeada en el crepúsculo de su vida de la presencia y el cuidado de los demás. Siempre se cosecha lo que se sembró, y lo que se prodigó tan generosa y gozosamente retorna con creces.
Durante toda nuestra vida, podemos sembrar. En otoño y en invierno también se cosecha, las deliciosas mandarinas, naranjas y limas; y las hermosas flores de nochebuena y las azaleas son el mejor ejemplo. En el otoño y el invierno de nuestras vidas, debemos de seguir sembrando, la experiencia nos dice cuál es la mejor semilla : el Amor.
El amor es siempre un regalo que damos libremente. El verdadero amor es una decisión y un compromiso. Hay diferentes niveles de compromiso. El nivel de compromiso es más profundo en el matrimonio y con la familia.
Desde luego no podemos hablar de amar a los demás, sin mencionar que lo primero es amarnos a nosotros mismos. Si he de ser una persona amorosa debo valorar mi propia felicidad, seguridad y bienestar, así como los de los demás. Para poder amar a los demás necesitamos de una virtud llamada empatía.
Uno de los requisitos que debe satisfacer el verdadero amor es que sea incondicional. Lo contrario, amor condicional, en realidad no es amor. Es un trueque “Te amaré, siempre que…… hasta que…… si tú ……”
¿Qué incluye el amor y que excluye el amor? San Pablo, en su Primera carta a los Corintios, nos da unas cuantas sugerencias:
El amor del cual yo hablo, es lento para perder la paciencia. Siempre busca la forma de ser constructivo. El amor no es posesivo. Tampoco está ansioso de impresionar, ni alimenta ideas pomposas de su propia importancia. El amor tiene buenos modales y no persigue ventaja egoísta. El amor no se ofende , ni es frágil. No persigue el mal, ni se complace de las debilidades de los demás. Por otro lado, el amor se complace con todas las personas buenas cuando prevalece la verdad. El amor no se rinde ante los demás. El amor no conoce el fin de su confianza, ni se desmaya en su esperanza. El amor vive más allá de cualquier cosa. El amor es de hecho lo único que me mantendrá en pie cuando todo lo demás haya caído.
Lo que EL AMOR HACE
EL AMOR TE ACEPTA como tú eres.
SE PREOCUPA por ti, quiere saber qué estás bien.
TE DESAFIA a que seas todo lo que puedes ser.
EMPATIZA, sabe lo que se siente ser tú.
TE ALIENTA a que creas en ti mismo.
ES GENTIL en su forma de tratar contigo.
GUARDA CONFIDENCIAS, tus secretos están a salvo.
ES BONDADOSO, siempre está allí de tu lado.
RIE MUCHO, siempre contigo, nunca de ti.
BUSCA LA BONDAD en ti, y la encuentra.
REZA por tus necesidades y tu crecimiento.
TE DICE LA VERDAD siempre y con honestidad.
PIENSA en ti y en tus necesidades.
Lo que EL AMOR NO HACE
EL AMOR NO ABUSA de ti, ni te toma a la ligera.
NO TE CULPA o guarda rencor.
NO TE AGREDE con ira, gritos o lágrimas.
NO TE INVOLUCRA en discusiones de ganar o perder.
NO TE DA consejos no solicitados.
NO TE CASTIGA en venganza de haberte equivocado.
NO TE RECUERDA todas las cosas que has hecho mal.
NO TE RESTA confianza en ti mismo.
NO TE DESCARTA porque no cumpliste sus demandas.
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