Soñar es fácil, pero echar a andar para alcanzar tus sueños no lo es tanto. Atrévete a soñar, comienza por tu corazón y en tu mente. Todo el que alcanzó algo grande primero tuvo que proponerse alcanzarlo. Todo el que logra una meta debe creer primero que es posible hacerlo. Atrévete a pensar a lo grande, libremente sin limitaciones, sin imposiciones, sin someterte a nada ni a nadie.
Tu sueño tiene que ser grande, tiene que ir más allá de lo que parezca que está por encima de tus posibilidades. Pero también tiene que ser algo creíble y posible, algo que realmente te motive, algo que tú mismo creas en que lo puedes conseguir y para lo que no existan impedimentos evidentes e insuperables.
Un soñador es capaz de verse en la meta, pero también de visualizar cada etapa del camino, cada paso, cada obstáculo. Los grandes soñadores disfrutan del éxito antes de haberlo conseguido. Esto les motiva para lograrlo. Por otro lado, también anticipan las dificultades del camino, de manera que, cuando aparecen, están preparados.
Necesitas saber qué buscas, dónde te vas a apoyar, qué necesitas para empezar el camino. Tienes que desarrollar habilidades de afrontamiento para superar imprevistos, tener planes alternativos por si algo va mal y ser flexible para asumir que, tal vez, tengas que hacer algo con lo que no contabas.
Tu sueño no va a llegar solo. Un sueño no es una semilla que plantas y riegas con ilusión y buenos propósitos para que crezca por sí mismo. Tu sueño está hecho de ladrillos que pones uno a uno. Algunos tendrás que ir a buscarlos lejos, otros pesarán más que los demás, otros serán difíciles de colocar.
Lo único cierto es que tendrás que trabajar para conseguir tu sueño. Para ello tendrás que aprovechar tu tiempo al máximo, pasar más tiempo haciendo y menos pensando en lo que será. Ya tienes un objetivo y un plan. Es momento de ponerlo en marcha.
Cada vez que logres una meta intermedia, celébralo, disfrútalo, reconoce que lo has hecho. Mira hacia atrás y piensa en que a pesar de las dificultades, lo has conseguido. Esto te dará energía para pensar en la siguiente fase, para encontrar ideas que te ayuden a superarte.
Cuando vamos en busca de un sueño, aprendemos muchas cosas en el camino, no debemos desesperarnos, esto hace que no avancemos. Solo una cosa hace imposible un sueño, el miedo a fracasar.
Reflexión: No es verdad que la gente pare de perseguir sus sueños porque sean viejos, se hacen viejos porque dejan de perseguir sus sueños.
Gabriel García Márquez
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